Las antiguas ciudades de los mayas tienen un aire de misterio cada vez que los visita, pero para muchos viajeros, un tour al sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO, Chichén Itzá en septiembre para presenciar el equinoccio ofrece aún más maravillas.

Un dios antiguo regresa a la tierra

El 22 de septiembre, el día del equinoccio de otoño, la pirámide de Kukulcán, también conocida como El Castillo, que predomina en la gran plaza de Chichen Itzá, revela su función en la antigüedad, era un reloj solar que marca el paso de la estaciones. Está alineada para captar los rayos del sol poniente en los días de los equinoccios de primavera y otoño en marzo y septiembre. Triángulos de luz y sombra se forman a lo largo de los escalones al norte y aparece la figura ondulante de una serpiente. Se fusiona con la cabeza de serpiente de piedra al pie del edificio, creando la ilusión de una serpiente gigante deslizándose desde el cielo hasta la tierra hacia el Cenote Sagrado.

La serpiente simboliza a Kukulcán (también conocido como Quetzalcóatl en el centro de México), el dios de la serpiente emplumada, que regresa a la tierra para dar esperanza a sus seguidores y anuncia la siembra de primavera y la cosecha de otoño para los mayas.

 

Un reflejo del calendario maya

La pirámide de Kukulcán se construyo entre los años 650 y 800 d.C., con modificaciones posteriores durante el periodo de gloria Izae, posiblemente de 1000 a 1150 d.C. También se cree que la pirámide representa el antiguo calendario maya ya que el número de terrazas y paneles de pared coincide con el número de meses en el año (18) y años en una ronda de calendario (52), respectivamente, y el número de escalones, incluyendo la plataforma superior, es igual a 365, los días del año.

 

Los antiguos astrónomos de Chichén Itzá tenían un observatorio

A poca distancia de la Gran Plaza se encuentra la torre redonda conocida como El Caracol o el Observatorio. Cuenta con un mirador y pozos, que utilizaron los antiguos astrónomos para reflejar la luz de las estrellas, y se alineó para ver atardeceres y puestas de la luna en los dos equinoccios y para marcar el curso de Venus.

 

Planee su tour a Chichén Itzá

Pídale a su Concierge que organice su tour a Chichén Itzá. La serpiente de luz y sombra se puede ver el día antes y después del equinoccio, si las nubes lo permiten.

¿Por qué no disfruta el día completo y, primero, visita Valladolid y los cenotes cercanos y, después, explora Chichén Itzá y observa el equinnocio? Cene temprano en el hotel vecino y quédese para el espectáculo de luz y sonido en la gran plaza, una maravilla de arte generado por computadora y video mapping.