Los miembros de la expedición de investigación del Gran Acuífero Maya, dirigidos por el arqueólogo mexicano Guillermo de Anda, quienes están explorando las cuevas, cenotes y ríos subterráneos de la península de Yucatán, recientemente realizaron un importante descubrimiento en Chichén Itzá.
Redescubrieron una cueva llamada Balamkú (Cueva del Dios Jaguar en maya) que alguna vez fue un santuario usado por los sacerdotes mayas hace más de 1,000 años para realizar rituales en honor del dios de la lluvia. Después de arrastrarse por un túnel y abrirse camino por los más reducidos espacios, ellos encontraron siete ofrendas de cerámica, incensarios, molcajetes, jade y conchas en cámaras y galerías en las profundidades de la cueva.
Localizada a 2.7 kilómetros al este de la Pirámide de Kukulcán, Balamkú ya había sido descubierta en 1966 por ejidatarios de un comunidad cercana y reportada al arqueólogo Víctor Segovia quien ordeno que la entrada a la cueva fuera sellada por razones desconocidas.
Guillermo de Anda y el Profesor James Brady de la California State University establecieron que la cerámica y otras ofrendas constituyen el mayor hallazgo en el área de Chichén Itzá por varias décadas y contribuirá a reescribir la historia de Chichén Itzá.
(Fuente: INAH)