Recetas Grand

El Chef Guido celebra este mes las tradiciones mexicanas con una receta del famoso pan de muerto, el pan dulce que los visitantes del otoño ya conocen y que se sirve en los días previos al Día de Muertos el 1 y 2 de noviembre.

La tradición del pan de muerto tiene sus raíces en la época prehispánica, cuando los aztecas hacían una ofrenda a sus dioses después de un sacrificio. En una vasija llena de semillas de amaranto se mezclaría la sangre del sacrificio para elaborar un pan.

Fue durante la conquista en el Siglo XVI, que los españoles transformaron esta combinación en el pan que hoy conocemos. Ahora se prepara con harina, azúcar, mantequilla, agua de azahar, levadura fresca, ralladura de naranja, leche entera y una pizca de sal.

El pan de muerto es un postre que contiene un significado muy espiritual. Su forma circular simboliza el ciclo de la vida y la muerte y las cuatro tiras encima hacen alusión a los huesos de los difuntos. Haciendo a un lado el simbolismo, este famoso postre mexicano también es muy delicioso.

Pan de muerto

Pan de Muerto

Ingredientes

  • 3 ½ tazas de harina
  • 225 gr mantequilla
  • 3 huevos
  • 1 ¼ tazas de azúcar
  • ½ taza de agua
  • 2 cucharadas de ralladuras de cáscara de naranja
  • 22 gr levadura
  • 7 yemas de huevo
  • ¼ cucharadita de sal
  • 1 cucharada de agua de azahar (si no encuentra puede sustituirlo por 2 cucharadas de té de anís preparado y bien cargado)

Preparación

En un recipiente poner la levadura junto con media taza de azúcar y agregar agua tibia para que se active la levadura (cuidando que el agua no esté demasiado caliente).

Pronto aparecerán burbujas de la mezcla y eso quiere decir que la levadura ya está “despierta” y empezando a trabajar. Si no aparecen las burbujas, hay que repetir el proceso.

Sobre la mesa o en una batidora (para hacer pan), poner la harina, 1/4 de taza de azúcar, la ralladura de naranja, la sal, mantequilla y agua de azahar (o el té anís) e integrar los ingredientes poco a poco; agregar los dos huevos enteros, así como las yemas y la levadura.

Amasar hasta que la mezcla esté suave y sea manejable. No se preocupe si al principio la masa parece una especie de engrudo que no se logra despegar de la mesa, es normal.

Continúe amasando hasta que la mezcla se separe de la mesa, pero eso lleva su tiempo, así que ánimo y no se desespere.

Una vez que logra despegar la masa de la mesa, dejarla descansar tapada con un paño húmedo, o con clingfilm, en una parte tibia de la cocina hasta que doble su tamaño gracias al efecto de la levadura. Deberá tomar esto en cuenta a la hora de elegir el recipiente donde la pondrá, para que cuando doble el tamaño la mezcla no se desborde.

El siguiente paso es amasar la mezcla de nuevo para eliminar el gas que se formó.

Separar una parte de la masa para formar las decoraciones (o huesitos) y con el resto formar los bollos del tamaño que desee y colocarlos en una charola de hornear con suficiente espacio entre ellos, considerando que van a duplicar su tamaño.

Con la masa separada, conformar los huesitos y el cráneo (la bolita en el centro del pan).

Batir el huevo restante y usarlo para pegar los huesos al pan así como la bolita del centro. Dejar reposar los panes, aproximadamente durante una hora, en una zona tibia de la cocina para que dupliquen su tamaño.

Precalentar el horno a 200°C y hornear los panes durante 15 minutos y bajar la temperatura a 180°C para hornear por 20 minutos más o hasta que el pan esté listo.