El misterio de la serpiente, el Equinoccio en Chichén Itzá, ciudad de un antiguo dios
Una serpiente que parece deslizarse desde el cielo al atardecer. La antigua metrópolis maya de Chichén Itzá continúa revelando sus secretos. Si está de vacaciones en septiembre, diríjase a esta antigua ciudad para celebrar el equinoccio de otoño el 23 de septiembre (también visible el 22 y 24 de septiembre). Observará la famosa Pirámide de Kukulcán siendo transformada por una misteriosa sombra, el regreso de un antiguo dios.
La pirámide de 25 metros de altura, también conocida como El Castillo, es un reloj solar, alineada para capturar los rayos del sol poniente en los días de los equinoccios de primavera y otoño, en marzo y septiembre. A lo largo del lado de la escalinata norte aparecen triángulos de luz y sombra y se forma el cuerpo ondulante de una serpiente, ésta se une con la cabeza de piedra de una serpiente al pie del edificio, creando la ilusión de un reptil gigantesco que desciende del cielo y se desliza a través del suelo hacia el Cenote Sagrado.
La serpiente simboliza a Kukulcán (también conocido como Quetzalcóatl en el centro de México), el dios serpiente emplumada, que regresa a la tierra para dar esperanza a sus seguidores y para anunciar la temporada de siembra en primavera y, en este caso, la cosecha en el otoño para los mayas.
La pirámide de Kukulcán se construyó entre el 650 y 800 d.C., con modificaciones posteriores durante el período de gloria de los itzáes, posiblemente del 1000 al 1150 d.C. Los templos anteriores se encuentran en lo profundo de la pirámide que vemos hoy. Cuando los arqueólogos escavaron a través de toneladas de piedra y tierra para llegar el santuario interior, descubrieron una estatua de chac mool, la enigmática figura reclinada con las manos formando una copa para recibir el corazón de una víctima de sacrificio, que resguardaba la entrada y un magnífico trono en forma de un jaguar rojo con puntos y ojos de jade. El jaguar se descubrió con una ofrenda de coral, cuchillos de pedernal para sacrificios y un disco de mosaicos turquesa. Las exploraciones y detección remota realizadas en años recientes indican la presencia de templos incluso anteriores, asociados con las cuevas y cenotes considerados sagrados por los mayas.
La pirámide también representa el antiguo calendario maya, ya que el número de terrazas y paneles en las paredes coinciden con el número de meses en el año (18) y los años en una rueda de calendario (52), respetivamente, y el número de escalones, incluyendo la plataforma superior, es igual a 365, los días del año.
El Observatorio
A corta distancia de la Pirámide de Kukulcán, del Templo de los Guerreros, el Juego de Pelota y de los otros templos en la Gran Plaza, se halla la torre redonda conocida como El Caracol o el Observatorio. Contiene una plataforma de observación y pozos, que eran usados por los antiguos astrónomos para reflejar la luz de las estrellas, y estaba alineado para capturar las puestas del sol y la luna en ambos equinoccios y para marcar la trayectoria de Venus.
Otros edificios de importancia en Chichén son el Osario, el Akab Dzib, Las Monjas, el Grupo Norte y las ruinas anteriores en la selva conocidas como Chichén Viejo.
Pirámides dentro de pirámides, cenotes en lo profundo del corazón sagrado de la ciudad y senderos que parecen conducir hacia Xibalba, el Inframundo, son algunos de los increíbles descubrimientos en años recientes. Si aún no ha visitado este majestuoso Sitio Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO o lo hizo hace muchos años, entonces quizás sea el momento de reservar un viaje y saber más sobre algunos de los descubrimientos que han estado haciendo los arqueólogos.
Dzibilchaltún al amanecer
Chichén Itzá no es el único centro ceremonial maya en Yucatán que tiene templos con alineaciones solares, lunarias o planetarias. El portal del Templo de las Siete Muñecas en Dzibilchaltún (20 kilómetros al norte de Mérida) forma un marco perfecto para el sol naciente en el día del Equinoccio.
Su Concierge puede ayudarle a planear un viaje a Chichén Itzá. Una alternativa es rentar un auto y explorar el oriente de Yucatán a su propio ritmo, visitando Valladolid, los cenotes y las grutas de Balancanché e, incluso, también explorar el sitio más pequeño de Ek Balam.